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Salmos 32:1
¡Felices son los que Dios perdona, los que olvidó sus pecados!
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Salmos 32:2
¡Felices son los que no tienen mentira en su corazón y no hacen trampa!
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Salmos 32:3
Cuando no hablaba de mis errores, me sentía muy triste y sin fuerza.
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Salmos 32:4
Día y noche tu mano estaba sobre mí. Me sentía como si estuviera en un desierto seco.
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Salmos 32:5
Pero te conté mis pecados y no escondí mis errores. Dije: “Confesaré mis pecados al Señor”. ¡Y tú me perdonaste!
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Salmos 32:6
Por eso, que todos los que te aman oren a ti cuando estén en problemas. Cuando llegue la inundación, no les hará daño.
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Salmos 32:7
Tú eres mi refugio. Me protegerás de los problemas y me rodearás de canciones de liberación.
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Salmos 32:8
El Señor dice: “Te enseñaré y te mostraré el camino que debes seguir. Te daré consejos y cuidaré de ti”.
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Salmos 32:9
No sean como el caballo o el burro, que no entienden, y necesitan frenos y riendas para acercarse a ti.
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Salmos 32:10
Muchas son las penas de los malvados, pero los que confían en el Señor están rodeados de su amor.
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Salmos 32:11
¡Alégrense en el Señor y estén felices, ustedes los justos! ¡Canten de alegría, todos los de corazón recto!