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Salmos 144:1
¡Qué feliz soy porque el Señor es mi amigo! Él me ayuda a pelear y es muy fuerte.
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Salmos 144:2
Él es mi protector, siempre me cuida y me salva. Es mi refugio, ¡con él no tengo miedo!
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Salmos 144:3
Señor, me sorprende que pienses en las personas y te preocupes tanto por nosotros.
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Salmos 144:4
Porque la vida de nosotros es como una sombra, ¡muy cortita y pasa rápido!
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Salmos 144:5
Señor, abre los cielos y baja. Toca las montañas para que saquen humo.
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Salmos 144:6
Lanza tus rayos y haz que se vayan los malos. Manda tus flechas y hazlos huir.
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Salmos 144:7
Extiende tu mano desde el cielo y sálvame de las aguas profundas y de los malos enemigos.
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Salmos 144:8
Ellos siempre dicen mentiras y hablan con lengua tramposa.
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Salmos 144:9
Dios mío, te cantaré nuevas canciones con mi guitarra de diez cuerdas.
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Salmos 144:10
Tú haces que los reyes ganen batallas. Sálvame del malvado que quiere hacerme daño.
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Salmos 144:11
Líbrame de todos esos mentirosos que siempre hablan con mentiras.
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Salmos 144:12
Que nuestros hijos crezcan fuertes, como plantas bien cuidadas. Y nuestras hijas, ¡que sean como columnas elegantes en un palacio!
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Salmos 144:13
Que nuestros graneros estén llenos de comida. Que nuestras ovejas tengan muchas crías por miles y miles.
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Salmos 144:14
Que nuestros toros estén gorditos y fuertes. Que nunca haya gritos de tristeza en nuestras calles.
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Salmos 144:15
¡Qué feliz es el pueblo que recibe estas bendiciones! ¡Qué feliz es el pueblo que tiene al Señor como su Dios!