-
Miqueas 3:1
Y yo dije: “Jefes de Israel, escuchen. Ustedes deberían saber lo que es justo.”
-
Miqueas 3:2
Pero en lugar de amar el bien, odian lo bueno y aman lo malo. ¡Arrancan la piel de mi gente y les rompen los huesos!
-
Miqueas 3:3
Comen la carne de mi pueblo, les quitan la piel y trituran sus huesos. ¡Como si fueran carne para la olla!
-
Miqueas 3:4
Cuando clamen al Señor, no les responderá. En esos tiempos, esconderá su rostro de ellos porque hicieron el mal.
-
Miqueas 3:5
Así dice el Señor sobre los profetas que engañan a mi pueblo. Ellos predicen paz cuando tienen algo de comer, pero declaran guerra si no se les da nada.
-
Miqueas 3:6
Por eso tendrán noches sin visiones y oscuridad sin adivinaciones. Para esos profetas, el sol se pondrá y el día se convertirá en noche.
-
Miqueas 3:7
Los videntes se avergonzarán y los adivinos se cubrirán el rostro. Todos ellos se taparán la boca porque no habrá respuesta de Dios.
-
Miqueas 3:8
Pero en cuanto a mí, estoy lleno del poder del Espíritu del Señor y de justicia y fuerza para declarar a Jacob su transgresión y a Israel su pecado.
-
Miqueas 3:9
Oíd esto, jefes de la casa de Jacob y príncipes de la casa de Israel, que abomináis el juicio y pervertís todo el derecho.
-
Miqueas 3:10
Edificáis a Sion con sangre y a Jerusalén con iniquidad.
-
Miqueas 3:11
Sus jefes juzgan por cohecho, sus sacerdotes enseñan por precio y sus profetas adivinan por dinero. Pero se apoyan en el Señor, diciendo: “¿No está el Señor entre nosotros? Ningún mal nos alcanzará.”
-
Miqueas 3:12
Por tanto, a causa de vosotros, Sion será arada como un campo y Jerusalén se convertirá en montones de ruinas. Y el monte de la casa como cumbres de bosque.