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Hageo 1:1
En el segundo año del rey Darío, el primer día del mes sexto, Dios le habló al profeta Hageo para decirle unas cosas importantes.
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Hageo 1:2
Dios dijo que la gente pensaba que aún no era el momento de reconstruir el templo del Señor.
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Hageo 1:3
Entonces, Dios le habló nuevamente a Hageo.
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Hageo 1:4
Le preguntó si estaba bien que ellos vivieran en casas bonitas mientras el templo de Dios estaba en ruinas.
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Hageo 1:5
Dios les pidió que pensaran muy bien lo que estaban haciendo.
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Hageo 1:6
Les dijo que sembraban mucho pero cosechaban poco, comían pero no se llenaban, bebían pero no se saciaban, y se vestían pero igual sentían frío.
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Hageo 1:7
Dios les repitió que pensaran bien lo que estaban haciendo.
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Hageo 1:8
Les dijo que fueran a la montaña a buscar madera para reconstruir el templo y hacer que Dios se sintiera contento.
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Hageo 1:9
Dios les explicó que esperaban mucho pero conseguían poco, y el poco que tenían él lo desvanecía como si fuera viento, porque no estaban haciendo su casa.
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Hageo 1:10
Por eso, incluso el cielo no les daba rocío y la tierra no producía frutos.
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Hageo 1:11
Dios también mencionó que mandó una sequía para castigar la tierra, el grano, el vino y todo el trabajo de las manos de la gente.
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Hageo 1:12
Zorobabel, el gobernador, Josué, el sumo sacerdote, y todo el pueblo escucharon a Hageo y tuvieron temor de Dios, obedeciéndolo.
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Hageo 1:13
Entonces, Hageo, el mensajero de Dios, les dijo que Dios estaba con ellos.
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Hageo 1:14
Dios motivó a Zorobabel, Josué y al resto del pueblo, que empezaron a trabajar en la casa del Señor.
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Hageo 1:15
Esto sucedió el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.