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Ezequiel 1:1
Un día, mientras estaba a la orilla del río Quebar, vi algo muy maravilloso.
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Ezequiel 1:2
Era el quinto año en que Joaquín estaba como prisionero.
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Ezequiel 1:3
Dios habló a Ezequiel, el hijo de Buzi, y yo pude escuchar Su voz y ver visiones increíbles.
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Ezequiel 1:4
Vi un viento muy fuerte que venía del norte, y un gran nube con fuego dentro y alrededor de la nube había un resplandor.
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Ezequiel 1:5
En la nube vi cuatro seres vivientes, que tenían forma humana, pero cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas.
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Ezequiel 1:6
Cada uno de ellos tenía una cara adelante, otra detrás, otra a la derecha y otra a la izquierda.
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Ezequiel 1:7
Sus piernas eran rectas y sus pies brillaban como bronce pulido.
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Ezequiel 1:8
Debajo de sus alas tenían manos humanas, y sus alas tocaban unas con otras.
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Ezequiel 1:9
Se movían sin girar, siempre iban hacia adelante.
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Ezequiel 1:10
La cara del frente era de hombre, la del lado derecho era de león, la del lado izquierdo de buey y la de atrás era de águila.
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Ezequiel 1:11
Sus alas estaban extendidas hacia arriba, dos alas tocaban las de sus compañeros y con las otras dos cubrían sus cuerpos.
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Ezequiel 1:12
Se movían en la dirección que quería el espíritu, siempre avanzaban sin girar.
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Ezequiel 1:13
Entre los seres vivientes había algo que brillaba como carbón encendido o como antorchas, y este fuego iba y venía entre ellos y tenía un resplandor, también había relámpagos.
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Ezequiel 1:14
Los seres iban y venían rápidamente, como relámpagos.
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Ezequiel 1:15
Al mirar a los seres vivientes, vi una rueda sobre la tierra junto a cada uno de ellos.
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Ezequiel 1:16
Las ruedas brillaban como topacio, y las cuatro eran iguales. Parecían estar hechas de una rueda dentro de otra rueda.
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Ezequiel 1:17
Podían moverse en todas direcciones sin girar.
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Ezequiel 1:18
Sus aros eran altos y aterradores, llenos de ojos por todo su alrededor.
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Ezequiel 1:19
Cuando los seres se movían, las ruedas se movían con ellos; cuando se elevaban del suelo, también se elevaban.
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Ezequiel 1:20
Donde el espíritu iba, ellos iban, y las ruedas se elevaban con ellos, porque el espíritu de seres estaba en las ruedas.
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Ezequiel 1:21
Cuando los seres se movían, las ruedas también se movían; cuando se detenían, las ruedas se detenían; y cuando se elevaban, las ruedas también.
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Ezequiel 1:22
Encima de las cabezas de los seres había algo parecido a un cielo hecho de cristal brillante, extendido sobre sus cabezas.
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Ezequiel 1:23
Bajo este cielo, las alas estaban rectas las unas hacia las otras, cada ser cubría su cuerpo con dos alas.
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Ezequiel 1:24
Cuando se movían, las alas hacían un ruido como de aguas grandes, como la voz del Todopoderoso.
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Ezequiel 1:25
Y cuando se detenían, bajaban las alas.
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Ezequiel 1:26
Encima del cielo que estaba sobre sus cabezas, vi algo parecido a un trono de zafiro, y sentado en el trono, vi una figura que parecía un hombre.
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Ezequiel 1:27
Desde lo que parecía su cintura hacia arriba, vi algo brillante, como metal encendido con fuego, y desde lo que parecía su cintura hacia abajo, vi algo como fuego.
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Ezequiel 1:28
Era como el arcoíris en medio de la lluvia. Esa era la apariencia de la gloria del Señor. Al verla, caí sobre mi rostro y escuché la voz de uno que hablaba.